¡Los músicos de doble caña necesitamos que el público nos preste atención! No estamos bien representados cuando se trata de investigaciones de temas de salud. La mayoría de nosotros no conoce a fondo los métodos actuales de investigación científica ni tenemos los recursos necesarios para hacer el trabajo nosotros mismos. Además … con todos los ensayos, las clases, las sesiones de práctica, la fabricación de la caña y los muchos otros requisitos de una vida musical, ¿quién tiene tiempo? Como somos pocos los músicos de doble caña, los médicos y fisioterapeutas que realizan investigaciones de medicina con artistas tienden a trabajar con instrumentos más tocados, como el piano o el violín.
Pero, por supuesto, los músicos de doble caña tenemos dolores y molestias como todos los otros músicos, además de ciertos dolores propios a nuestro tribu. Y un estudio reciente nos da esperanza de que sí, de hecho, están examinando las necesidades especiales de los músicos de doble caña.
Este estudio fue publicado en Medical Problems of Performing Artists (Problemas médicos de artistas escénicos), la revista trimestral de la Asociación de Medicina de las Artes Escénicas (PAMA). ¡Oye, si algo tan esotérico como las cañas dobles tiene su propia organización (IDRS), por supuesto que la medicina de artes escénicas también lo tiene! He sido miembro de PAMA durante muchos años, e incluso asistí a su conferencia internacional más reciente, que fue muy enriquecedora. Su revista publica excelentes investigaciones actuales para bailarines, músicos e incluso artistas de circo, pero rara vez hay estudios específicos para las cañas dobles. Así que me sorprendí cuando vi un artículo sobre el corno inglés en la edición de septiembre:
Leer la síntesis del artículo de PAMA
El título oficial es definitivamente largo: Método de Adquisición Combinada de Técnicas de Imágenes y Señales para la Evaluación de los Trastornos Temporomandibulares en la Medicina de las Artes Escénicas. ¿Qué tiene esto que ver con el corno inglés? Descubrimos la relación en la primera línea del artículo, que dice: «Objetivo: Este estudio piloto investigó los aspectos morfológicos y funcionales de un intérprete de corno inglés que se presentó en una cita dental con trastorno temporomandibular …» Sí, hay mucha jerga científica en estos estudios … y esta puede ser la razón por la que la comunidad musical no siempre los lee. Pero estoy aquí para explicártelo.
Al igual que los cantantes y muchos otros músicos de viento, los músicos de doble caña tienen problemas de mandíbula. Algunos experimentan dolor y, a veces, la articulación de la mandíbula (la articulación temporomandibular o ATM) se traba. Los efectos secundarios pueden ser dolor de cabeza, dolor de oído o acúfeno. A veces el dolor es tan intenso que el músico no puede tocar. Lo que este artículo explora es un nuevo método para analizar y diagnosticar con más precisión la disfunción de la ATM. Y por suerte, ¡el sujeto de este estudio piloto era un intérprete de corno inglés! El estudio se realizó en Portugal. El sujeto tocaba corno inglés con una orquesta nacional, pero experimentaba cada vez más dolor de mandíbula cuando tocaba el oboe. Así que el estudio examinó al sujeto cuando tocó el oboe y el corno inglés. El artículo incluye imágenes del sujeto tocando ambos instrumentos, así como imágenes detalladas de rayos X. Se ve una clara diferencia en el ángulo de la caña con respecto a la embocadura, así como la posición correspondiente de la mandíbula, cuando el sujeto toca el cuerno inglés versus el oboe. Los investigadores estudiaron muchos aspectos interesantes, incluyendo una «evaluación de las mediciones de la fuerza de la embocadura durante los diferentes tonos». Descubrieron que había una diferencia significativa en la presión de los labios cuando tocó el oboe y el corno inglés. Específicamente, «la presión de la embocadura que se medió durante la práctica musical demostró que el corno inglés inducía una mayor presión en el labio inferior que en el superior, mientras que lo inverso sucedió con el oboe».
Al igual que con cualquier estudio, y especialmente con un estudio piloto, nos quedan más preguntas que respuestas. No podemos ni deberíamos generalizar los resultados de un estudio que solo tiene un sujeto de prueba. Pero aquí están algunas de las preguntas que yo tengo:
- Como se adjuntaron los sensores directamente a la lengüeta y se insertaron en la boca, ¿qué tan exactos fueron los resultados? ¿O fueron los resultados sesgados debido a estas condiciones artificiales?
- Como el sujeto estaba lesionado, ¿qué hacía para compensar por eso?
- ¿Están las presiones de labios registradas en un rango normal para la mayoría de los oboístas e interpretes de corno inglés, o son anormales y una posible explicación para las lesiones de este sujeto?
- ¿Las diferencias en las presiones de embocadura entre el oboe y el corno inglés son específicas al estilo nacional de tocar y elaborar la caña? ¿Se medirían estas mismas diferencias con un estilo de caña diferente?
- Si se observan las fotos del músico en detalle, se nota que cuando toca, colapsa la cabeza hacia adelante, contrayendo las vértebras de la columna cervical. ¿Qué efecto tiene este hábito postural en el trastorno de la mandíbula?
Los autores del estudio entienden sus limitaciones perfectamente. Pero es posible que no sepan qué importante es este estudio para nuestra comunidad de dobles cañas. Es maravilloso saber que hay investigadores que buscan mejorar y precisar sus formas de medir lo que sucede cuando los músicos tocan sus instrumentos, ¡incluso el corno inglés! Los investigadores de este estudio pudieron evaluar la presión exacta de la mandíbula en el lado derecho comparado con el lado izquierdo, y cómo se ajustó la presión de embocadura para notas bajas y notas altas. Si se realizan más investigaciones de este tipo, no solo ayudará a rehabilitar a los músicos que sufren lesiones en la mandíbula, sino que también mejorará nuestra comprensión de lo que pasa cuando tocamos instrumentos de doble caña. Esto nos ayudará a practicar con más eficacia y, a fin de cuentas, hacer mejor música. ¡Los futuros estudios médicos nos ayudarán a tocar música que suene mejor y se sienta mejor!